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4. El Dios Ciego

Entonces el cielo inconmensurable se partió en dos, y el cosmos se dejó ver ante sus ojos, para de un momento a otro, no ver nada, todo se tornó en una casi completa oscuridad, contaminado con una densa bruma gris, algo en sus adentros le decía que debía estar cayendo, pero sentía en sus pies el sólido suelo que lo impedía, a no ser que sus sentidos le fallaran. De repente comenzó a escuchar el golpeteo de un bastón contra aquel suelo, acompañado de un ligero salpicar, pero por la forma en la que el golpe resonaba, el bastón debía de ser de madera, y el suelo de piedra; el sonido era cada vez más cercano, y de entre la bruma apareció un anciano, que iba ataviado con una basta túnica aún más gris que la propia bruma, llevaba la capucha sobre la cabeza, y de él sólo era visible el brazo con el que sostenía su bastón, pero resultaba evidente que se trataba de un anciano, su espalda describía una pronunciada curva, y su paso tenía un notorio vaivén. El anciano detuvo su andar a unas cinco ...

3.- El Bibliotecario I

     Nunca fue uno de los trabajos más glamurosos que existió, no era como ser un herrero, grandes artesanos del metal, o un armador, maestros constructores de navíos, sin embargo siempre tuvimos respeto, tanto de grandes señores, como del pueblo llano, confiaban en nuestro conocimiento, y en nuestras mentes, pero, lo verdaderamente importante es que disfrutaba de ese trabajo, el simple hecho de pensar en que tocaba libros escritos por las primeras personas que tocaron estas tierras, libros de civilizaciones lejanas, me fascinaba la idea al mismo tiempo que me ensimismaba. Eso no era lo único que me gustaba, el silencia me traía paz, pasar mis veladas leyendo, precisamente, a la luz de las velas; el organizar los libros, sea por orden alfabético, por temas, o por antigüedad me resultaba altamente terapéutico.      Nada más había un problema, jamás hicieron falta aquellos sedientos de aquellos a los que llamábamos “conocimiento de lo oculto”, aquellos tema...

2.- La Prostituta I

       El trabajo de prostituta no era para nada sencillo, era cansado y arduo, satisfacer los deseos y placeres carnales de los hombres (y en ocasiones de algunas mujeres) no era una tarea para cualquiera, cada uno era un mundo diferente en lo que respecta a ese tema, había quienes las preferían gordas, otras las preferían flacas, a algunos les gustaban pelirojas, otros preferían castañas, de cabello largo y corto, rizado o lacio; sin duda era un trabajo difícil, pero, el negocio no se encontraba en las satisfacción carnal, sino que se encontraba en la información, la información y secretos que los clientes del burdel pudieran llegar a tener, eso era lo verdaderamente interesante.      A los burdeles siempre llegaba personas de todo tipo, y clase social, en ocasiones llegaban panaderos o carniceros que había ganados algunos Lobos de Plata en apuestas clandestinas, debía de entrar gente importante a esas apuestas, ya que no todos llevaban plata con e...

1 .- El Viajero I

       Las hazañas que he hecho, los lugares y paisajes que mis ojos han visto, grandes señores y simples granjeros con los que he tenido que compartir el vino y la carne o la cerveza y el pan, han sido muchas cosas, demasiadas para ser expresadas en un simple relato. Uno de los días permanentemente grabados en mi memoria será aquel en el que conseguí mi espada, puede que cualquier espadachín diga esto, pero no era como cualquier espada, era una hermosa espada bastarda, algo más larga que una espada larga, la guarda estaba tallada en una sola pieza de acero, simulando la alas de los ya extintos dragones, el mango era de madera cubierta por cuero negro, y el pomo, también de acero, era la cabeza del dragón; la hoja, era mi principal orgullo, era oscura, con curvas plateadas que la recorrían desde la punta hasta la guarda consecuencia de los pliegues hechos por el metal caliente, plata, pero sin duda no era plata común, la hoja estaba hecha de monedas de plata del an...